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Wed, Mar 14, 2018

Introducción a Abbott Square, parte 2: Por qué nos estamos expandiendo a espacios públicos y por qué también deberías considerarlo

Publicado originalmente en Museum 2.0 por Nina Simon.

Esta es la segunda entrega de una serie de publicaciones sobre el desarrollo del Museo de Arte e Historia de Santa Cruz de Abbott Square, una nueva plaza comunitaria creativa en el centro de Santa Cruz.

Fundamentalmente el MAH tiene dos objetivos: difundir el arte y la historia a nuestra comunidad e invitar a la comunidad a participar.

Durante los últimos seis años hemos hecho un gran trabajo atrayendo a la comunidad al MAH. Nuestro público ha cuadruplicado su tamaño, y las personas que atraviesan nuestras puertas reflejan cada vez más la diversidad en cuanto a edad, ingresos y etnias de nuestro condado. Estamos orgullosos de que el MAH sea un museo floreciente y un centro comunitario para el condado de Santa Cruz, un lugar para que las personas de todas las condiciones sociales se conecten en torno a nuestra compartida creatividad y cultura.

Los visitantes nos cuentan cuánto aman el MAH, diciendo cosas como: “me encanta que el MAH cuente con un espacio tan acogedor, accesible, abierto y sincero, en donde las personas de todas las condiciones sociales puedan reunirse y (re)crear la comunidad”. O “me encanta el MAH porque es un espacio verdaderamente participativo, en donde grupos diversos pueden disfrutar, expresarse y aprender de otras personas, sobre ellas y con ellas”. O “el MAH es una invitación viva de pensamiento innovador y más allá de cuatro paredes”.

Hay mucho amor dentro del MAH por estos días. Sin embargo, en honor a ese último comentario del visitante, sentimos que es nuestra responsabilidad y nuestra gloriosa oportunidad difundir ese amor más allá de nuestras paredes. Si sólo construyéramos una comunidad dentro del edificio, quedaríamos atrapados junto con nuestros visitantes en una burbuja. Queremos romperla hacia fuera. Queremos que la energía creativa e inclusiva del MAH se extienda por todo el condado. Nuestra visión es construir una comunidad más sólida y más conectada a través del arte y la historia. Si realmente queremos lograr esa visión, debemos trabajar en todos los espacios donde las personas viven, trabajan y juegan.

Hemos experimentado con participaciones que van más allá del edificio a través de proyectos como el Museo itinerante, los trabajos de restauración del cementerio Evergreen y festivales dirigidos por socios. He visto una y otra vez cómo la programación al aire libre tiene incidencia más allá de lo que puede suceder dentro del museo. Algunos transeúntes casuales se suman a participar, e incluso cuando no lo hacen, se ponen un poco en contacto con el hecho de que el arte tiene lugar como parte de su experiencia urbana. La participación puede ser menos íntima y concentrada, pero la oportunidad de crear un efecto en cadena es mayor. El impacto al aire libre es más amplio y directo que todo lo que sucede dentro de las paredes de una institución.

Es por eso que vamos a apuntar alto al expandirnos a Abbott Square, la plaza poco utilizada que se encuentra en la puerta de entrada del MAH. El “porqué” de Abbott Square evolucionó con el tiempo, con cuatro motivos fundamentales:

  1. Mercadotecnia y desarrollo de audiencias.
  2. Satisfacer necesidades de la comunidad.
  3. Lograr nuestra misión y alineación estratégica.
  4. Fortalecer nuestro modelo comercial.

Cuando comenzamos con el proyecto hace cuatro años, el motivo principal para expandirnos en la plaza estaba relacionado con la mercadotecnia y desarrollo de audiencias. Abbott Square conecta físicamente el MAH con la avenida principal del centro de Santa Cruz. Hace cuatro años estábamos en las etapas iniciales de expansión y diversificación de la programación del MAH, y vimos a Abbott Square como una conexión física clave entre el museo en crecimiento y la vida creativa y vibrante del centro. Además, a partir de un estudio etnográfico centrado en los latinos aprendimos que la programación en el exterior atraía especialmente a las familias de latinos locales. Queríamos llegar a más personas, y a personas más diversas, y vimos a Abbott Square como un buen lugar para hacerlo.

Una vez que iniciamos las conversaciones en la comunidad acerca del potencial para Abbott Square, el “porqué” cambió al deseo de la comunidad por una plaza principal. Si bien los vecinos estaban interesados en el MAH, estuvieron MUCHO más interesados en contar con un lugar de reunión en el centro. En Santa Cruz no existe una plaza principal, y las personas echan de menos la falta de un espacio público creativo. Lo que comenzó como algo propio del MAH se convirtió en algo de la comunidad. Las necesidades y los deseos expresados por los miembros de la comunidad impulsaron la planificación de Abbott Square y derivaron en decisiones importantes que no podríamos haber tomado si este proyecto fuera “sólo” una extensión del MAH (más información sobre la participación de la comunidad en la publicación de la semana próxima). Si bien esto fue emocionante, también fue un poco desconcertante. Por momentos, parecía que estábamos realizando un nuevo proyecto hermano del MAH en Abbott Square, en lugar de una expansión de nuestro trabajo actual.

Para mi grata sorpresa, esa sensación de separación se resolvió a sí misma a medida en que la estrategia del MAH evolucionaba en consonancia con el proyecto. Mientras estábamos diseñando Abbott Square con los miembros de la comunidad, también estábamos fortaleciendo el compromiso general del MAH con los programas impulsados por la comunidad. Hace tres años, escribimos una nueva teoría de cambio del MAH con una declaración de impacto para construir una comunidad más sólida y más conectada. Sabíamos que este impacto sólo podía lograrse si expandíamos nuestro trabajo más allá de las paredes del museo.

A través del lente de nuestra nueva teoría de cambio, de repente Abbott Square era fundamental para nuestra estrategia institucional general. Así como abrimos el MAH a personas, perspectivas, formas de arte y narrativas históricas más diversas durante los últimos años, ahora estamos abriendo físicamente nuestras instalaciones con nuevas ofertas accesibles y atractivas para un público más variado, incluidas miles de personas que posiblemente nunca hayan puesto un pie en un museo. Las personas que disfrutan del fantasioso Jardín Secreto de Abbott Square, el mercado público de raíces locales y las actuaciones gratuitas al aire libre experimentarán el MAH, independientemente de que visiten las galerías de exposiciones o no. Esta intersección no es una mera coincidencia. El MAH y el proyecto de Abbott Square crecieron juntos, pero fue reconfortante comprender que el interés de la comunidad en Abbott Square también nos benefició estratégicamente.

Finalmente, un cuarto “porqué” fue clave en la planificación: Abbott Square fue diseñado para generar ingresos y maximizar el uso de nuestros activos inmobiliarios. El MAH tiene un modelo comercial inusual, ya que parte de nuestros ingresos provienen de la administración de la plaza de Abbott Square y de un edificio comercial de oficinas adyacente. Al incorporar un mercado alimentario en la planta baja de ese edificio (algo que los miembros de la comunidad nos pedían encarecidamente como parte del proyecto), esperamos desarrollar una fuente de ingresos sustentable en Abbott Square. Al mismo tiempo, estamos transformando un activo de “alto ingreso, bajo impacto” en uno de “mayor ingreso, alto impacto”. ¡Ojalá!

Creo firmemente que más instituciones creativas deberían estar en el negocio del espacio público. Si nos preocupamos por construir una comunidad, no podemos hacerlo sólo dentro de nuestras paredes. Especialmente en Estados Unidos, vivimos en una época en la que las personas están más divididas que nunca. El espacio está disputado, privatizado y segregado. Trabajar en este proyecto me abrió las puertas a las increíbles oportunidades que tenemos para reclamar un espacio público para nuestras comunidades y los valores que subyacen a nuestro trabajo.

Muchas personas llaman a este trabajo “creative placemaking” (generación creativa de espacios). La idea es que la creatividad —no sólo las esculturas o los murales, sino también los eventos, la creación artística, el intercambio de arte y el comercio— puede ayudar a convertir una intersección, una ribera o una pieza de concreto en un lugar con historia e identidad. La creatividad y la cultura nos conectan con el lugar y con las demás personas.

Sí, el arte nos permite crear espacios. Pero el arte también crea el futuro. El arte rechaza las limitaciones de quiénes somos y quiénes fuimos. Nos inspira a imaginar qué seremos.

Quiero imaginar un futuro del centro de Santa Cruz en el que la creatividad, el comercio y la comunidad sean bienvenidos. Quiero imaginar un futuro en el que el espíritu de bienvenida e inclusión que impregna al MAH se extienda por toda nuestra ciudad.

Estamos tratando de construir una parte de ese futuro en Abbott Square. ¿Qué futuro deseas construir en tu comunidad?